De acuerdo con la Comisión Internacional del Trabajo, el número global de niños en situación de trabajo infantil ha disminuido de un tercio desde el año 2000, al pasar de 246 millones a 168 millones. De esta cifra, más de la mitad, es decir 85 millones, efectúan trabajos peligrosos (contra 171 millones en el año 2000).
Ciudad de México, 21 de julio (SinEmbargo/Pulso).- Productores de tomate buscarán que las autoridades laborales legalicen el trabajo infantil para que niños puedan emplearse en invernaderos, acompañados de por lo menos uno de sus padres.
El empresario Carlos Quintanilla Velázquez precisó que estos son lugares seguros y la propuesta incluye que los padres autoricen su trabajo además de que los niños y jóvenes no abandonen la escuela.
“No hay riesgo porque están bajo techo, protegidos: es un trabajo manual en el que no tendrían ninguna lesión”, informó.
Agregó que la falta de oportunidades obliga a que quienes egresan de secundaria o incluso se reciben de técnicos sigan trabajando en el campo porque no tienen recursos para continuar su preparación académica.
“Los padres no tienen recursos para pagarles el transporte y menos el hospedaje. Es una tristeza que el Gobierno federal invierta en primaria y secundaria y se termine esa oportunidad. Nosotros tenemos 800 personas trabajando y es gente marginada por falta de oportunidades”, dijo.
Quintanilla Velázquez explicó que su propuesta es humanista pues los padres no pueden sostener a seis u ocho hijos y por ello los envían a trabajar a fin de que obtengan recursos para sus libros.
Por eso buscan normar este punto, ya que a las familias no les alcanza con un sueldo a pesar de ser más del doble del mínimo. “Los 190 pesos diarios no son suficientes para la gente del campo”.
