El rastro de Isabella, joven desaparecida en CdMx, se esfumó por un operativo fallido

04/10/2025 - 5:00 pm

María Isabella Orozco Lozano, de 16 años, desapareció tras abordar un camión en un paredero en San Miguel Xicalco, cerca del Ajusco, 2 de septiembre. Su madre, Pilar, denuncia la falta de acción y sensibilidad de las autoridades y narra cómo un operativo mal ejecutado haya borrado un posible rastro de su hija en una zona de alto riesgo.

Ciudad de México, 4 de octubre (SinEmbargo).- María Isabella Orozco Lozano, una joven de 16 años, salió de su casa en la colonia San Miguel Xicalco, en la Alcaldía Tlalpan, cerca del Ajusto, el pasado 2 de septiembre. Ese día, alrededor de las 16:17 horas, fue vista en un paradero de la carretera federal a Cuernavaca, donde abordó un camión y desde entonces no se sabe nada más de ella.

Su madre, Pilar Orozco, emprendió una búsqueda incansable para dar con el paradero de Isabella. Sin embargo, se ha encontrado con que las acciones de las autoridades no sólo han sido tardías, sino insensibles, revictimizantes, pero lo más doloroso para Pilar es la duda de si estuvo muy cerca de un posible rastro de su hija, pues un operativo mal diseñado borró la posibilidad de confirmar si su hija había sido vista en una zona de alto riesgo de la Ciudad de México.

La madre también narró que desde el inicio la atención de la Fiscalía fue deficiente. No se activó de inmediato la Alerta Amber nacional y la ficha de búsqueda contenía un señalamiento que consideró revictimizante.

El último registro conocido de Isabella fue cuando subió a ese camión la tarde de ese 2 de septiembre. Y es que, a pesar de que la zona cuenta con cámaras del C5, no todas funcionan:

“Resulta que tienen fallas fundamentales. No funcionan varias. Entonces, no sabemos si ella se baja, si alguien la baja, si se bajaron o la bajaron en puntos anteriores por las fallas de las cámaras, que bueno, si bien es una línea importantísima de investigación, también habla de una autoridad incompetente”, narró la madre en entrevista para el programa A las Dos que se trasmite por SinEmbargo Al Aire.

Además, la madre señaló que la unidad que abordó su hija no tenía placas, pero sí portaba un logotipo de chocolate muy distintivo, lo cual, para ella, era evidente que esa pista debía haberse seguido de inmediato, pero no fue así.

“Yo no soy investigadora, pero es lógica simple. Si es lo único que tengo, en automático me voy a la central de donde salen estos camiones y ejecuto una labor de investigación pronta, urgente para llegar al camión, para verificar si hay una cámara y para hablar con el conductor. Y entonces esto me da más herramientas para no perder lo poco que tengo”.

Pero, narró Pilar, la Fiscalía de la Ciudad de México no actuó de manera inmediata y no fue hasta que, semanas después, casi unes después que supo que apenas intentaban notificar al chofer: “Me están diciendo que te tardaste 4 semanas por ineptitud, porque eso no tiene otro nombre, en una unidad que probablemente tenía una cámara de perder esa fuente de información y de investigación que hoy claramente ya no va a estar”, detalló.

No obstante, las acciones poco inmediatas no fue lo único con lo que se tomó, al igual que miles de familiares de personas desaparecidas, Pilar ha vivido la revictimización de las autoridades que trataron inicialmente el caso.

Isabella tiene 16 años y la última vez que fue vista fue el 2 de septiembre cerca de El Ajusco. Foto: Especial

Explicó que la fiscalía emitió una ficha de búsqueda en la que insinuaba que la desaparición de Isabella estaba relacionada con que se habría ido con un hombre que conoció en redes sociales-

“En la ficha que sale inicialmente de búsqueda sale que conoció a una persona (argentina). O sea, revictimizando y canalizando la atención pública a que es una niña desaparecida porque se fue con el novio… Eso es absurdo que redirijan la atención a esto”.

Pilar reconoció que su hija había tenido un novio, pero descartó que esa fuera la causa de su desaparición: “Era un chico que conocía de meses, que ni siquiera vive en este país. No, por ahí definitivamente no va. Y en cambio si la autoridad se hace omisa a las acciones que sí tiene la responsabilidad de ejercer”.

Otro aspecto que la madre también destacó es que ha pasado un mes sin que se hayan revisado las llamadas del celular de su hija, del cual, solo le han respondido que el equipo está en “reconocimiento”.

“Todavía no han hecho nada. El dispositivo fue puesto a la Fiscalía en una línea de custodia se llama. Me dijeron que aún están en ‘reconocimiento del equipo’. Frase de respuesta de una autoridad omisa, porque eso no tiene otro nombre”.

El aviso y el operativo fallido

El fin de semana del 29 de septiembre, Pilar recibió un mensaje de alguien que aseguraba que una joven muy parecida a Isabella había sido vista en San Nicolás del Pedregal, una zona considerada de alto riesgo.

La persona que le envió la información le dijo que la joven parecía drogada y que siempre estaba acompañada. Pilar narró que ella confió en la autoridad y buscó ayuda de la Policía de Investigación, pero pasó más de 12 horas sin recibir respuesta.

Ante la falta de respuestas de su policía de investigación asignado, buscó contactos y apoyo entre colectivos y conocidos quienes finalmente la ayudaron a conseguir el número del titular de la Comisión de Búsqueda de Personas de la Ciudad de México, quien la atendió y la canalizó con una integrante de su equipo y fue así que así se organizó un operativo nocturno en la zona señalada.

Aunque Pilar agradeció la sensibilidad del personal que la acompañó, destacó que lo fundamental falló, pues dijo que el operativo se realizó sin planeación y al final la movilización resultó en un acto fallido que esfumó la posibilidad de saber si ahí había estado su hija.

“Llegamos con escándalo, con camiones de la policía a barrer la zona, a preguntar… ¡Imagínate cómo hacemos una cosa así… No decir ‘déjeme mandar a unos elementos encubiertos, sin ruido’. Porque hay mucho delito detrás de aquí. Y pues no. Era un operativo sin inteligencia, pero eso no tendría por qué haberlo previsto yo”.

Sin embargo, cuando el operativo llegó no había nadie en el lugar. Para Pilar, la presencia del fuerte operativo alertó a quienes podrían tener a su hija.

Durante el recorrido, narró la madre, encontraron un punto que coincidía con la descripción que le habían dado a ella: un cambuche con colcha limpia, comida fresca, fruta y un par de tenis que Pilar identificó como coherentes con los de su hija.

“Veo un tenis coherente con Isabella y claro, me descompongo y se lo digo a la autoridad… ¿Era coherente para mí con un zapato de Isabela? Sí, ¿qué debía ser la autoridad? corroborar, hacer lo necesario. Hoy me digo qué estúpida, por qué no me trajiste el zapato… Hubiéramos hecho una prueba. Pero claro que eso era un punto importantísimo”.

El fin de semana del 29 de septiembre, Pilar recibió un mensaje de alguien que aseguraba que una joven muy parecida a Isabella había sido vista en San Nicolás del Pedregal, una zona considerada de alto riesgo.

Pilar se reprochó no haber pensado previamente que el aparatoso operativo podría haber alertado si tenían a su hija o a alguien más en la zona, sin embargo, destaca que tampoco era su responsabilidad. Al no encontrar nada, consideró que debían de alegarse de la zona, pero pidió que una unidad encubierta llegara al sitio a vigilar, pues consideraban que si alguien estaba escondido o después de que se fuera el operativo, si alguien tenía a su hija, podrían hacer algo. A Pilar le aseguraron que habría una patrulla y ella se fue a la Fiscalía a pedir los videos de las cámaras de vigilancia de ese punto. Tardó horas para que le dieran una orden para ver las imágenes del C5 y al verlas, se volvió a encontrar con que las cámaras estaban en un punto fijo, sin mayores ángulos y no aportaban mayor información.

Uno de los aspectos más duros para Pilar fue al regresar al sitio más tarde: encontró con que la zona ya la habían “limpiado”:

“Y lo que me entero es que la zona ya se lavó y ya no hay nada. Absolutamente nada. Dejaron que gente de lo que sea… desapareciera cualquier prueba. Lo que había en ese lugar no se podía quitar fácilmente en dos horas… había pertenencias, había una cama que estaba limpia, ya la habían lavado. Pero desocuparon la zona en cuestión de segundos y la lavaron”.

La madre lamentó que no se asegurara ningún indicio: “No resguardaron nada, todo quedó en mi dicho y en mi historia y en lo que queda de WhatsApp. A veces siento que me lo soñé. Cómo en una fiscalía especializada, como en un país con tantas desapariciones, se pierden cosas como esas”.

Sin rastro de Isabella,. Foto: Especial

Pilar señaló que la desaparición de su hija no es un caso aislado, sino parte de un patrón en la zona del Ajusco:

“Claramente esto es un tema, yo diría que ya una crisis, cuando analizas todas las desapariciones de la zona, cuando analizas la constante que incluye niñas, jóvenes, hombres, adultos. Hay algo muy grave aquí. ¿Qué está pasando?”.

Cansada y decepcionada del actuar de las instituciones, Pilar hizo un llamado a la ciudadanía para no normalizar las desapariciones y actuar desde cada espacio posible:

“Tratando de ser muy puntual, yo diría que acción desde tu trinchera. Todos tenemos una. Porque somos ojos, porque somos actores de omisión, la mayoría, tristemente. Y salir de tu zona de confort y acción, generar acción. Para hacer ojos, para hacer reclamo, para hacer vehículo. Lo que te decía, no te cuesta nada compartir, por ejemplo. No te cuesta nada taggear. Lo hacemos con memes, lo hacemos con información barata, basura, pero no lo hacemos con vidas humanas… llamar a acción desde nuestra trinchera, yo creo que sería eso, sensibilizar la acción desde nuestra trinchera”.

Blanca Juárez y Romina Gándara

Blanca Juárez y Romina Gándara

Lo dice el reportero