La panificación tiene un impacto económico relevante, ya que en la producción de pan intervienen sectores clave como el triguero, el harinero, el de levaduras, las grasas y los aceites, así como productores de huevo y sal, fortaleciendo así una amplia cadena de valor nacional.
Ciudad de México, 17 de octubre (SinEmbargo).- La Cámara Nacional de la Industria Panificadora, Pastelera y Similares de México (CANAINPA) destacó el valor de la industria panificadora al emplear a más de 530 mil personas de manera directa, generar miles de empleos indirectos y representar un importante motor de emprendimiento local, esto en el marco del Día Mundial del Pan.
La industria panificadora impacta de gran manera el emprendimiento local, ya que de las 54 mil panaderías registradas en México, la mayoría son micro y pequeñas empresas familiares que preservan recetas tradicionales y fortalecen las raíces gastronómicas de las regiones.
Del total de empleos, 17.8 por ciento corresponde a grandes empresas, donde la especialización y la eficiencia son factores clave; 9.6 por ciento se concentra en centros comerciales y tiendas de autoservicio; y 7.3 por ciento en panaderías familiares o negocios informales, reflejando la diversidad y vitalidad del sector.
Variedad que responde a las necesidades
“La panadería mexicana actual ofrece una gran diversidad de productos que responden a diferentes gustos, ocasiones y necesidades. Hoy encontramos panes elaborados con harinas tradicionales, panes integrales y variedades con procesos o formatos distintos. Así, cada persona puede elegir la opción que mejor se adapte a su preferencia y estilo de vida alimentario”, señaló en un comunicado Julián Castañón Fernández, presidente de CANAINNPA.
Entre las variedades que se ofrecen en el mercado mexicano, se encuentran desde el pan comercial hasta el artesanal. El pan blanco, que incluye bolillo, telera, pan de caja y pan español, entre otros, representa el 81 por ciento de la preferencia de los consumidores mexicanos. Por su parte, el pan dulce, como conchas, donas y cuernitos, así como diversos productos de repostería, abarca el 19 por ciento del consumo total. Estas cifras reflejan que el consumidor mexicano busca versatilidad, accesibilidad y practicidad al elegir panes que acompañen sus alimentos a lo largo del día para acompañar distintos platillos.
La industria de la panificación mexicana combina una tradición ancestral transmitida de generación en generación con el uso de tecnología moderna en sus procesos de elaboración, lo que le permite mantener la calidad, seguridad e innovación en sus productos.
Consumir pan en sus distintas versiones no sólo representa disfrutar un alimento nutritivo y tradicional, sino también apoyar a miles de familias mexicanas que dependen de esta industria y contribuir a preservar una parte esencial de nuestra cultura.




