GALOPE: “A mí denme por muerto”, fue la respuesta del Gobernador de Chiapas cuando en octubre de 2015 se le preguntó por la carrera presidencial. En cambio, destacó las posibilidades de Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”. Estaba en el evento que festejó el Gobernador de Nuevo León como primer Gobernador independiente en la Arena Monterrey. Esa frase, pronunciada también por Andrés Manuel López Obrador, antes de las elecciones de 2006, es interpretada en la política mexicana, más bien, como “quiero ser el candidato y competir”. Como Mandatario ha mostrado proclividad a afianzar su imagen, aunque en ello se vayan millones de pesos como lo hizo en 2013 a propósito de su primer informe de Gobierno. Muchas circunstancias del Mandatario parecen réplica de las acciones del Presidente Enrique Peña Nieto; por ejemplo, su matrimonio con la actriz y cantante Anahí Puente.
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LA COLA: La decisión de gastar en la promoción de su primer informe de Gobierno en 2013, le ocasionó más críticas que ganancias. Empezó a perfilarse como un político absurdo y derrochador. A la fecha, no ha logrado despojarse de esa imagen. Y justo el binomio político-actriz al que recurrió (sea cierta o no la relación amorosa) puede volverse en su contra. La unión deliberada entre un político y una actriz para atraer credibilidad y aceptación al ejercicio público, está en crisis en México, según muestran las encuestas de aceptación a la Presidencia de Enrique Peña Nieto. El 24 de abril de 2015, la página de la Presidencia de la República amaneció sin la ficha biográfica de Angélica Rivera Hurtado que hasta ese momento había permanecido al lado derecho de la del Presidente Enrique Peña Nieto. En su lugar, quedó una explicación de que el inicio de las campañas federales 2015 imponen restricciones electorales. A la fecha, la llamada primera dama no ha vuelto a ese sitio. A la mitad del sexenio, la historia de amor entre el Presidente Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera Hurtado, pasó de ser un capital a uno de los puntos más débiles en la imagen del Mandatario. Si a la pareja que ocupa la residencia oficial de Los Pinos la sostiene un acuerdo de conveniencia –como lo indica una versión extraoficial–, la utilidad del contrato concluyó. A finales de 2015, ambos se propinaron desplantes al grado que se entendió que estaban en crisis. Así, si la unión entre Velasco Coello y Anahí es emulación de la Peña Nieto y Rivera Hurtado, se encuentra diluida en su fórmula. La boda no fue fastuosa. De hecho, han sido pocos los actos a los que acuden juntos.






