Francisco Zarco, cronista y defensor de la libertad de expresión: Conaculta

03/12/2014 - 10:57 am

México, 3 Dic (Notimex).- Conocido por sus crónicas políticas, Francisco Zarco fue uno de los máximos representantes del liberalismo, cuyo nombre quedó inmortalizado en el Muro de Honor de la Cámara de Diputados.

Nacido el 4 de diciembre de 1829 en Durango, defendió férreamente la libertad de expresión, derecho que consideraba “la más preciosa de las garantías del ciudadano”, según refiere el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) en su portal de Internet.

De forma destacada escribió sobre política en diversos medios impresos de su época, como El Siglo XXI, El Demócrata y La Ilustración Mexicana, entre otros.

Su faceta como periodista influyó en su trabajo como político, pues se convirtió en el historiador de los debates que se efectuaban en las sesiones del Congreso, las cuales publicaba en el periódico El Siglo XIX, indica la publicación electrónica.

La idea era “dar a conocer el espíritu de los debates”, describe el escrito “Francisco Zarco. La libertad de expresión”, de Miguel Ángel Granados Chapa, publicada por la revista de la Universidad de México.

Sus crónicas y publicaciones fueron criticadas por los propios integrantes del Congreso, razón por la cual Francisco Zarco, quien fungió como diputado, fue un hombre que visitó numerosas veces la cárcel y los tribunales.

Por esa misma labor, fue el artífice de crónicas y documentos que sus compañeros le confiaron, como la redacción del manifiesto con el que concluyeron las sesiones el 5 de febrero de 1857, indica la publicación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Uno de los momentos de mayor brío como diputado fue cuando se discutió la libertad de imprenta, derecho que defendió pero que no consiguió cambiar en su forma y práctica.

Zarco vivió la Guerra de Reforma y otros momentos históricos relevantes en México, publicó lo que sucedía en el país en las luchas armadas y sociales.

De ello se recuerda el escrito “Las matanzas de Tacubaya”, considerada como “una de sus creaciones periodísticas más acabadas y eficaces, mezcla de requisitoria enardecida, de análisis político y militar y de narración pormenorizada”, subraya la publicación de dicha casa de estudios.

Otras de sus obras son “La independencia mexicana”, “El presente amistoso dedicado a las señoritas mexicanas” y “Historia del Congreso Extraordinario Constituyente”, indica.

Desde pequeño Zarco demostró tener capacidad para la escritura, fue autodidacta y estudió diversas materias de las ciencias sociales, refiere el investigador David Guerrero Flores, del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).

Sin apartarse de la escritura, en 1847 asumió el cargo de oficial mayor interino en el Ministerio de Relaciones Exteriores y en 1856 integró el Congreso Constituyente, en el que demostró sus aptitudes como orador.

Por su forma de redactar, reflexionar y criticar la política, colaboró en diversos periódicos de todo el país y de América, como The Herald, de Estados Unidos; El Mercurio, de Chile, y El Nacional, de Argentina, entre otros, destaca el Conaculta.

Francisco Zarco murió el 22 de diciembre de 1869 en la ciudad de México, dejando un amplio legado que reúne artículos, crónicas y notas periodísticas, además del ejemplo que significó defender lo que creyó justo.

Como forma de reconocimiento, el 3 de julio de 1985 se inauguró en la delegación Benito Juárez, del Distrito Federal, la biblioteca Francisco Zarco, que tiene un acervo de más de 30 mil publicaciones, refiere la demarcación en su página de Internet.

Redacción/SinEmbargo

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