Jalisco: Código Rojo
En el Excélsior, la periodista Yuriria Sierra, escribe que: "se observaron más autobuses en llamas. Lo mismo sucedió con comercios y hasta sucursales bancarias. En un principio pensamos que se trataba de hechos que acontecían sólo en Guadalajara y sus inmediaciones, después sabríamos que se trataba de todo el estado y hasta de los aledaños [...]. Al tiempo que esto pasaba, autoridades intentaban hacerle frente a la ola de violencia. Un helicóptero de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), que formaba parte del operativo Operación Jalisco, fue derribado después de sufrir un ataque por armas de fuego. Como resultado de esto, tres militares murieron y dejó heridos a 10 más, además de a dos policías. Aristóteles Sandoval, el Gobernador, saldría pasado el mediodía para ofrecer datos preliminares y oficiales [...] . Los hechos de ayer nos recuerdan la urgencia por los cambios de estrategia en el combate al crimen organizado. ¿Hasta cuando nos daremos cuenta que lo realizado para combatirlos no ha sido suficiente?".
La Jornada, asegura en su Editorial, que: "a jornada de violencia que se vivió ayer en Jalisco, Colima, Michoacán y Guanajuato, es la demostración fehaciente de que, a contrapelo del optimismo que puede apreciarse en el discurso oficial, los fenómenos relacionados con el auge delictivo, la inseguridad y la violencia no han variado en el país de manera significativa entre el sexenio anterior y lo que va del actual [...]. Los ataques de ayer parecen, más que una reacción, un abierto desafío al Estado por parte de una criminalidad organizada [...]. El poder acumulado por las organizaciones delictivas no es nuevo y sería improcedente achacarlo a la presente administración, en la medida en que es producto de una cadena de omisiones e irresponsabilidades que involucra a las autoridades federales, estatales y municipales [...]. Por desgracia, lo que ocurre en el país es parte de una descomposición institucional y social de gran calado que no podrá ser resarcida con políticas como las que han mantenido vigentes las recientes administraciones, incluida la actual, que se distinguen por su carácter meramente reactivo y superficial. Se requieren, en cambio, medidas integrales y transversales en los órdenes social, económico, educativo, administrativo, de salud pública y, desde luego, policial".
En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: "aparte de declarar "Código Rojo" en la entidad por la jornada de violencia criminal del viernes, ¿qué ha hecho el Gobernador de Jalisco, el priísta Aristóteles Sandoval para evitar la penetración de los cárteles de la droga en territorio jalisciense? Parece que no mucho, y el golpe de la delincuencia organizada tocó a elementos del Ejército mexicano que viajaban en un helicóptero, en el contexto de la Operación Jalisco, nos dicen. El mandatario estatal debe muchas explicaciones a la ciudadanía y a su equipo de trabajo, que ha sido atacado por los criminales. Don Aristóteles trae su propio código rojo. Y los militares van sobre un objetivo: Nemesio Oseguera, El Mencho, quien se rumoraba había sido capturado ayer. Hoy, por lo pronto, hay en agenda un evento en Morelos que encabeza el secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, en el que habrá respuesta al ataque de los delincuentes en Jalisco a los militares, nos hacen notar".
En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: "finalmente a Aristóteles Sandoval el estado se le salió de control. La palabra pesadilla significa poco para quienes vivieron el caos. Vehículos incendiados en diversos puntos de la ciudad y la zona conurbada. El narco derribó un helicóptero del Ejército y hay al menos siete muertos y 19 heridos. Esto va más allá. Luis Carlos Nájera Gutiérrez de Velasco no es el indicado para combatir al crimen. Lo han vinculado con la delincuencia organizada, pero el Gobernador Sandoval lo ha mantenido como uno de sus intocables. Que el narco ponga en jaque a la segunda ciudad más importante de México es algo que obliga al gobierno federal a actuar de manera inmediata. La renuncia obligada es la de Nájera. Pero ya".
Reforma insuficiente y excesiva
En Milenio, el articulista Juan Gabriel Valencia, escribe que: "ya se pospuso la Reforma Política del Distrito Federal. Curioso debate el del Senado, que finalmente aprobó la reforma. Todos los oradores a favor enumeraron durante horas las insuficiencias de la iniciativa aprobada. Todos los oradores en contra abordaron los excesos en que incurría la iniciativa. Esto es, para unos, insuficiente; para otros, desmedido [...]. El rasgo más importante de la reforma al Distrito Federal —no Ciudad de México, no todavía— es la previsión en la iniciativa pospuesta de tener una Constitución propia derivada de un constituyente integrado de manera sui géneris para ese propósito. Métodos de integración de un constituyente pueden plantearse hasta el infinito y más. Todos son impugnables y más o menos útiles para el cumplimiento de su objeto [...]. El problema no es la autodeterminación de los defeños. Mucho menos si la ciudad está subsidiada o si sus gobernantes deben controlar la billetera. El tema de fondo es un problema de poder y parecería que uno de los pocos mexicanos que lo entienden es Manlio Fabio Beltrones, quien entiende qué es el poder y cómo se ejerce. La reforma no beneficia en nada al ciudadano y debe quedarse en la congeladora".
Reforma del DF: lo bueno, lo malo y lo feo
En El Universal, su Editorial, escribe que: "la reforma de la Constitución para que el Distrito Federal ahora se denomine Ciudad de México ya la aprobó el Senado de la República [...] ¿qué significa esta reforma plasmada en un dictamen de 475 páginas para la vida de los ciudadanos? [...]. Entre lo bueno destaca que por primera vez se incorpora a la Constitución la palabra ciudad, lo cual es positivo. Todos los estados del país tienen ciudades pero no se les da ese rango, son municipios. [...]. También algo muy bueno de esta reforma es considerar que los futuros alcaldes cuenten con el contrapeso de Concejos, pues ahora los delegados ejercen sus facultades sin rendir cuentas a nadie. [...]. No obstante esta bondad, lo malo y lo feo se llevan la mayor parte. Para empezar es una propuesta dedicada a la clase política [...] no queda claro cómo con esta reforma, la cual crea nuevos puestos para políticos, las clientelas de gremios y las que han cultivado los delegados dejen de acaparar privilegios [...]. Con esta reforma se pierde la oportunidad para crear un nuevo orden de gobierno con un sentido de proporcionar mejores servicios públicos. Simplemente no hay que inventar el hilo negro [...] el Índice de Transparencia Mexicana, que mide percepción de corrupción y buen gobierno deja también al DF como la entidad más corrupta [...]. Si por cambiar nombres hay gobiernos honestos, eficientes y eficaces, ¿qué estamos esperando?".
En el Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: "en los rumbos de Bucareli se comenta que las cosas se pusieron bastante tensas ayer entre la Segob de Miguel Ángel Osorio Chong y el gobierno de Jalisco. Según esto, desde el Palacio de Covián salió una petición a tierras tapatías para que no salieran a hablar sobre el operativo federal que puso de cabeza a Guadalajara. Sin embargo, el mensaje del centro fue ignorado pues el propio Gobernador Aristóteles Sandoval actualizó el saldo a las 17:30 horas y anunció que se mantenía el "código rojo". Y cuentan que el hecho, combinado con el recelo generado por los resultados del "Operativo Jalisco", no gustó nadita en la Secretaría de Gobernación. ¡UPS!".
La otra cara de Estados Unidos
En el Reforma, el periodista Jorge Ramos, escribe que: "Los abusos de la policía en Estados Unidos forman parte de una larga lista [...]. Los afroamericanos, sin embargo, han sufrido desproporcionadamente el abuso de los cuerpos policiacos. Hay casos muy dramáticos y cargados de publicidad, como el de la muerte del joven Michael Brown en Ferguson, Missouri, y el del estrangulamiento de Eric Garner en Staten Island, Nueva York. Pero muchos otros han muerto a manos de la policía [...]. La impunidad policiaca es un grave problema [...] un policía que mata casi nunca se tiene que enfrentar a la justicia. Esto explica las enormes protestas en Baltimore tras la misteriosa muerte del joven de 25 años Freddie Gra [...]. La elección del primer presidente afroamericano -Barack Obama- no significó la llegada de una sociedad post-racial. Claro, existen avances incuestionables pero todavía hay enormes e hirientes diferencias raciales. Y para comprobar eso basta salir a caminar en una de las calles de Baltimore".







