Dos días después de haber reaparecido en redes sociales, Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena en el Senado y exgobernador de Tabasco, por fin se dejó ver públicamente en medio de los cuestionamientos que ha recibido sobre su relación con Hernán Bermúdez Requena, quien fungió como su Secretario de Seguridad cuando fue Gobernador, ya que actualmente este personaje es buscado por ser el presunto jefe de "La Barredora".
Ciudad de México, 20 de julio (SinEmbargo).- “Hay mucha politiquería en todo esto”, dijo el Senador Adán Augusto López Hernández en voz bajita, casi susurrando, mientras sorteaba un tumulto de reporteros que lo esperaban afuera de donde sería el Consejo Nacional de Morena, en la capital del país. La frase, lanzada al paso y tratando de avanzar entre los reporteros fue, por así decirlo, la respuesta más sustancial o política sobre el tema que lo persigue desde Tabasco: su relación con el exsecretario de Seguridad Pública del estado durante su Gobierno, Hernán Bermúdez Requena, señalado por presuntos vínculos con actividades ilícitas.
La escena ocurrió la mañana de este domingo, en el marco del Consejo Nacional de Morena, donde se reúnen figuras clave del partido político que gobierna la mayor parte del país.
López Hernández, actual coordinador de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) en el Senado y uno de los cuadros más visibles del obradorismo, llegó al hotel Barceló, donde se celebra la Vlll Sesión Extraordinaria, en una camioneta azul grisáceo que evitó detenerse para que el político más esperado por la prensa ingresara por la entrada principal.
Y es que, a diferencia de otros asistentes que se dejaban ver desde temprano bajar en la calle para entrar por enfrente, él optó por ingresar por el estacionamiento, intentando esquivar a los medios de comunicación que ya lo aguardaban. Pero los reporteros siguieron la camioneta hasta el acceso al lado, formaron una valla improvisada.
Cuando finalmente el Senador descendió del vehículo, el enjambre de micrófonos se cerró en torno a él. Las preguntas fueron directas, una y otra vez, centradas en un solo tema: ¿qué sabía él sobre las actividades de Bermúdez Requena?
-¿Tenía conocimiento de las actividades de su exsecretario de Seguridad? -le gritaron algunos.
-Ya informé lo que tenía que informar -respondió, sin frenar el paso.
El tono del Senador se mantuvo bajo, en una mezcla de incomodidad y evasión. Insistió en que no tenía más qué declarar y que, en todo caso, las autoridades eran las responsables de esclarecer lo que ocurra con su excolaborador.
-¿Usted no tenía conocimiento de sus antecedentes cuándo lo designó? -le preguntaron.
-Es un asunto de politiquería, y que las autoridades hagan su trabajo -agregó mientras continuaba caminando entre empujones, flanqueado por asistentes.
En un intento más por obtener una postura clara, los reporteros lo cuestionaron sobre la comparación que se ha hecho entre su caso y el del exsecretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, actualmente condenado en Estados Unidos (EU) por sus nexos con el narcotráfico.
-¿Qué le dice a quienes lo comparan con García Luna? -le mencionaron.
Pero Adán Augusto no respondió más. Sólo repitió que él ya había dicho lo que tenía que decir, que ya informó lo que debía informar y que ahora toca a las autoridades realizar sus investigaciones.
"Ya lo que tenía que decir ya lo informé y espero que las autoridades hagan su trabajo, sus investigaciones. Hay que cerrar filas en torno a la Presidenta, en torno al Gobierno, eso es lo más importante", concluyó.
En tanto, sus guardias lo alejaban, en medio del bullicio.
Un poco después de que Adán Augusto ingresara al hotel donde se celebraría el Consejo Nacional de Morena, curiosamente un grupo reducido de personas apareció frente al inmueble. No gritó consignas, no coreó el nombre del político ni mostró pancartas improvisadas. En cambio, desplegó una enorme manta blanca con franjas guindas que decía en letras grandes y negras: “Chilangos con Adán”.
La escena fue silenciosa, pero sí montada a tiempo. Las personas que sostenían la manta no eran más de 10 o 15. Con la misma manta, ellas mismas cubrían su cuerpo y rostros. Daban apoyo, pero cubriendo sus rostros, como si también a ellas los resguardara del escrutinio.
Al igual que el Senador López Hernández, evitaron dar explicaciones. Ninguno quiso identificarse con nombre y apellido, ni decir de qué Alcaldía iba, ni quién los había convocado a manifestar ese “respaldo”. Sólo repetían, con respuestas cortas y evasivas, que Adán Augusto era “un buen político”.
La imagen contrastaba con la intensidad del momento político que vive Morena, y con la presión mediática que enfrenta Adán Augusto por la sombra de su exsecretario de Seguridad Pública. La manta, en lugar de respaldar con fuerza, parecía más una pieza colocada para la foto. Sin contexto, sin rostro, sin voz.
En el mismo sitio donde minutos antes el Senador había esquivado preguntas, un grupo de personas se limitaba a sostener su nombre en una tela sin dar la cara.
SinEmbargo se acercó a una de las personas que parecía estar al frente del grupo, a quien ellas identificaron como posiblemente la encargada de coordinar la acción. Pero tampoco quiso dar su nombre, dijo que eran ciudadanos provenientes de “varias alcaldías”, sin precisar cuáles, y ante la insistencia de por qué apoyaban al exgobernador, reiteró simplemente: “Porque es un buen político”.
Cuando se les preguntó quién había mandado a hacer la manta o quién se las entregó, las respuestas se diluyeron aún más. Algunas comentaron no saberlo, otras aseguraron que simplemente “se las dieron”, sin dar más detalles. Hubo quien, de plano, negó conocer su procedencia.
No había entusiasmo visible ni discurso político. No había arengas, ni pancartas con consignas ideológicas, ni una narrativa que justificara su presencia. Sólo la manta. Sólo el silencio. Y sólo evasivas.
Pero una vez que dio inicio el Consejo Nacional, Adán Augusto López Hernández recibió el respaldo de sus compañeras y compañeros. “¡No estás solo! ¡No estás solo! ¡No estás solo! ¡No estás solo! ¡No estás solo!”, gritaron las y los morenistas cuando Alfonso Durazo Montaño, Gobernador de Sonora, agradeció la presencia del líder de la fracción parlamentaria de Morena en el Senado.
Aunque hoy se le expresó este apoyo, a lo largo de la semana que terminó, diferentes militantes de esta fuerza política se estuvieron pronunciando a favor del exgobernador de Tabasco. Incluso las y los senadores guindas lanzaron un comunicado el pasado 16 de julio para manifestar su "respaldo político, institucional y humano" a Adán Augusto "frente a las campañas de sospecha, difamación y desinformación" en su contra.
