¿Por qué unos sí y otros no? La justicia que le debemos a todos los animales

27/07/2025 - 6:32 am

En México, hablar de protección animal ha sido, por décadas, sinónimo de perros y gatos. La ley protege —aunque de forma insuficiente— a algunos animales silvestres, marinos o de compañía, pero ignora por completo a los más numerosos, vulnerables e invisibilizados: los animales explotados para el consumo humano.

Más de 2 mil millones de animales —cerdos, vacas, pollos, gallinas— son matados cada año en nuestro país para convertirse en carne, leche o huevo. Pero lo que suele pasar desapercibido es cómo viven antes de morir. La mayoría pasa toda su vida encerrada, sin acceso a la luz del sol, al aire libre o a sus comportamientos naturales más básicos. Gallinas que no pueden abrir las alas, cerdas preñadas encerradas en jaulas del tamaño de su cuerpo, pollos que crecen tan rápido que no pueden sostener su propio peso. La vida en las granjas industriales es una cadena sistemática de sufrimiento.

Desde Igualdad Animal llevamos años documentando estas prácticas. Con cámaras ocultas hemos mostrado lo que la industria esconde: golpes, mutilaciones sin anestesia, negligencia, condiciones insalubres, matanzas improvisadas e ilegales. Pero como dijo Eduardo Galeano: "La primera condición para cambiar la realidad es conocerla". Por eso investigamos. Porque mostrar el horror es una forma de abrir los ojos a una verdad que muchos prefieren no ver.

Lidiar con estas imágenes no es sencillo. Nos marcan, pero sostener una cámara sabiendo que lo que grabamos puede cambiar leyes, conciencias y corazones, nos da fuerza. Canalizamos la rabia y la convertimos en estrategia. Cada investigación va acompañada de una campaña con un mensaje claro: esto no debería pasar, esto no tiene por qué seguir.

Gracias a esas imágenes, hemos logrado cambios concretos, como la inclusión de animales “llamados de granja” en códigos penales, compromisos de empresas para eliminar jaulas. Pero aún falta lo más importante: una ley nacional que proteja a todos los animales, sin importar la especie, el uso o el interés humano que se tenga sobre ellos.

El marco de justicia que les debemos

La filósofa Martha Nussbaum ha argumentado con fuerza que el bienestar de los animales no debe ser un asunto de compasión opcional, sino de justicia estructural. En su teoría de las capacidades, Nussbaum propone que cada ser vivo debe tener la oportunidad de desarrollar sus capacidades naturales de acuerdo con su especie. Es decir, una gallina debe poder anidar, caminar, picotear el suelo; un cerdo debe poder socializar, explorar, revolcarse; una vaca debe poder formar vínculos, moverse libremente, amamantar.

Negar esas capacidades no es solo una cuestión de negligencia o mala práctica: es una injusticia. Es condenar a millones de seres a una existencia de privación y sufrimiento, simplemente por haber nacido en una especie explotada por humanos. En palabras de Nussbaum, proteger a un delfín o a un perro pero ignorar a una cerda encerrada toda su vida en una jaula es caer en una forma de arbitrariedad moral que debe superarse.

Gallinas que pasan hasta 7 días sin agua y sin comida.
Investigadores de Igualdad Animal documentaron la cruel práctica de la pelecha dentro de la producción de huevo en sistemas de jaulas en México. Foto: Igualdad Animal

Hoy, quien maltrata a un perro puede enfrentar consecuencias legales. Pero quien patea, mutila o mata cruelmente a una gallina en una granja industrial, difícilmente será sancionado. La impunidad es la norma cuando se trata de animales destinados al consumo humano. Y eso tiene que cambiar.

Por eso impulsamos, junto con miles de personas, la creación de la primera Ley General de Protección Animal en México. Una ley que unifique criterios, que eleve el bienestar animal a política de Estado, y que incluya, de forma explícita, a los animales de granja.

La justicia no puede seguir siendo selectiva. No podemos hablar de ética si seguimos ignorando el sufrimiento de quienes viven y mueren encerrados, sin que nadie los mire, sin que nadie los defienda. No podemos seguir repitiendo que solo algunos animales merecen protección, mientras millones son tratados como productos.

Las investigaciones nos permiten visibilizar, pero es la ley la que puede transformar. Y esa transformación empieza por reconocer algo fundamental: todos los animales merecen protección, sin excepción.

Hoy, más de medio millón de personas en México se han unido a nuestro programa Love Veg buscando una forma de alimentación más compasiva. Esa transformación individual es poderosa, pero también necesitamos cambios estructurales, legislativos y culturales.

Por eso pedimos a legisladoras y legisladores que incluyan a los animales que son explotados por la ganadería industrial “de granja” en la Ley General de Protección Animal. Porque su sufrimiento es real y sistemático. Porque son seres sintientes y su bienestar debe ser garantizado por la ley. Porque la justicia, si quiere ser completa, no puede excluir a los animales que más padecen.

Dulce Ramírez

Dulce Ramírez

Lo dice el reportero