¿Qué pasa con los terneros machos en la industria de la leche?

07/12/2025 - 6:30 am

Hay infinidad de realidades que la industria ganadera prefiere mantener fuera de la vista del público. Una de las menos conocidas es lo que sucede con las millones de crías animales que nacen en las granjas de leche. Son consideradas desechables desde el momento en que nacen, por el simple motivo de que no generan ganancias, no es rentable mantenerlas con vida.

Mucha gente percibe la leche y sus derivados como alimentos cotidianos o incluso esenciales, pero pocas veces se detienen a pensar lo que implica producirlos. Detrás de cada litro, de cada producto, hay prácticas, decisiones y realidades que no suelen aparecer en los comerciales ni en los empaques con vacas sonrientes pastando en grandes campos verdes. Cuando volteamos a ver lo que realmente ocurre, la historia se vuelve mucho más impactante, cruel y cruda.

¿Qué sucede en la industria láctea?

Lo que muchas personas olvidan es que para que una vaca produzca leche, primero debe estar embarazada. Esto significa que las vacas son impregnadas artificialmente y obligadas a parir una y otra vez con el fin de mantener la producción constante. Son condenadas a ciclos de dolor terribles. Aunque una vaca podría vivir más de 20 años, en la industria mexicana suelen ser enviadas al matadero alrededor de los 4 o 5 años, cuando su producción disminuye.

Igualdad Animal México
Organizaciones que luchan por los derechos de los animales en México han documentado becerros confinados en corrales muy pequeños. Foto: Igualdad Animal México

Si su cría es hembra, será separada de su madre y alimentada con fórmula hasta que alcance la edad deseada para que tenga el mismo destino de su madre. En el caso de los machos, se busca eliminarlos lo más rápido posible del sistema.

Como no producen leche, los machos se consideran un subproducto sin valor económico. Muchos son asesinados a los pocos días de nacer; otros se venden a precios accesibles para ser matados y vendidos como carne barata o para sistemas de engorda intensiva. Sus vidas suelen durar apenas semanas o meses. No se le da prioridad a su crianza ya que su crecimiento es más lento que los de las razas criadas específicamente por su carne y alimentarlos genera más costos que venderlos jóvenes.

Organizaciones que luchan por los derechos de los animales en México han documentado becerros confinados en corrales muy pequeños donde tienen poca movilidad. Esto no es casualidad, es una práctica diseñada para obtener carne más suave llamada “carne de ternera”, resultado de impedir que el animal desarrolle músculo.

Mirar hacia otro lado no cambia la realidad. No se trata de culpas ni juicios, sino de responsabilidad. De reconocer que nuestros hábitos y elecciones tienen consecuencias, y que existen alternativas más éticas, más sostenibles y más respetuosas con los animales. La situación de los becerros machos en la industria láctea mexicana no debe ser invisibilizada.

Katia Rodríguez

Katia Rodríguez

Licenciada en Biología, su trabajo está enfocado en buscar la justicia social y la interseccionalidad entre las distintas luchas. Los últimos años ha dedicado sus esfuerzos a defender los derechos de los animales y actualmente se desempeña como Gerente de Campañas en México para la organización internacional Vegan Outreach.

Lo dice el reportero