Sean Combs libra cargos fuertes, pero lo hallan culpable de otros. Enfrenta 20 años

02/07/2025 - 9:26 am

En el juicio federal que duró ocho semanas, el jurado tuvo acceso a imágenes y videos de las fiestas sexuales, a las que Sean Combs llamaba freak-offs, y escuchó los detalles sobre la organización de los eventos de la voz de sus exnovias y su personal.

Ciudad de México, 2 de julio (SinEmbargo).– Sean Combs fue absuelto este miércoles de los cargos de tráfico sexual y crimen organizado, pero condenado por transportar gente para ejercer la prostitución, tras un juicio federal de ocho semanas. Un jurado en Manhattan declaró a Combs, de 55 años, inocente de los cargos más graves que se le imputaban. La Fiscalía había acusado al famoso productor de obligar a dos exnovias, Casandra Ventura y una mujer que testificó bajo el seudónimo de “Jane”, a mantener relaciones sexuales no deseadas con prostitutos masculinos, con la ayuda de un equipo de empleados dóciles.

Incluso con una condena parcial, el resultado representa una victoria para Combs, quien se enfrentaba a una posible cadena perpetua de haber sido condenado por otros cargos del caso. Enfrenta hasta 20 años de prisión por los dos cargos de transporte para ejercer la prostitución. Cada uno de los cargos conlleva hasta 10 años de prisión, pero la sentencia final la decidirá un Juez.

Ayer martes, el jurado declaró que existían opiniones no convincentes de ambas partes en relación con el cargo de extorsión. La Ley de extorsión, que en su momento tuvo como objetivo combatir a la mafia, se ha vuelto fundamental en casos contra R. Kelly, Young Thug, ejecutivos de Wall Street, pandilleros y el Presidente Donald Trump. De haber sido condenado por tráfico sexual, Combs habría enfrentado una condena de 15 años a cadena perpetua. El cargo de conspiración para extorsionar también conlleva una posible cadena perpetua.

Durante el juicio, el jurado abordó cuestiones espinosas en torno al consentimiento, el poder y el amor. Visualizó imágenes y videos de las fiestas sexuales, a las que él llamaba freak-offs, y escuchó a sus exnovias y al personal, quienes detallaron los elaborados pasos que seguía para organizar los eventos, desde conseguir drogas a sus empleados hasta abastecer las habitaciones de hotel con aceite de bebé y Gatorade. Los testigos del tribunal también dieron testimonios gráficos de Combs usando la violencia, el apalancamiento financiero y la amenaza de publicar videos de las fiestas para controlar a sus víctimas.

Pero el equipo de defensa de Combs desvirtuó gran parte del testimonio, presentando a sus acusadoras como participantes voluntarias en las fiestas sexuales. Los abogados confrontaron a las mujeres con mensajes cariñosos que le enviaron a Combs y las obligaron a admitir que en ocasiones se mostraban abiertas a las fiestas.

Los abogados también adoptaron una postura sorprendente al comienzo del juicio: reconocieron que Combs tenía mal carácter y había sido violento en sus relaciones. Presentaron la violencia como abuso doméstico derivado de la drogadicción y los celos, en lugar de un intento deliberado de coaccionar a las mujeres para que tuvieran relaciones sexuales. “Nos responsabilizamos de la violencia doméstica”, declaró al jurado Marc Agnifilo, abogado de Combs.

El panel racialmente diverso, compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres, con edades comprendidas entre los 30 y los 74 años, envió varias notas al Juez durante las deliberaciones, solicitando pruebas y expresando su preocupación por un miembro del jurado.

Combs fue retratado como el líder de una organización criminal que “usó el poder, la violencia y el miedo para conseguir lo que quería” en los alegatos finales del Gobierno. Un Fiscal afirmó que Combs usó violencia, control financiero y amenazas para manipular a sus novias y obligarlas a tener sesiones sexuales agotadoras con hombres contratados, mientras él se masturbaba y filmaba.

En sus alegatos finales, el equipo de defensa de Combs declaró al jurado que las pruebas del Gobierno de Estados Unidos contradecían su caso. Reconocieron que el Sr. Combs había participado en violencia doméstica y consumo de drogas, pero argumentaron que la acusación de que el Sr. Combs era traficante sexual o cabecilla de una red criminal era “extremadamente exagerada”.

Redacción/SinEmbargo

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