El mural, que se ubicaba en una barda de Puebla capital, mostraba los rostros de Carmen Sánchez, Esmeralda Millán y Leslie Moreno, y había sido intervenido por artistas en colaboración con organizaciones que acompañan a víctimas. El pasado lunes, de acuerdo a lo que se dio a conocer personal del Ayuntamiento, bajo las órdenes del actual alcalde José Chedraui Budib – quien llegó al cargo respaldado por Morena, PT y PVEM.
Ciudad de México, 9 de julio (SinEmbargo).– Carmen Sánchez, sobreviviente de un ataque con ácido y fundadora de la organización que lleva su nombre, consideró que la decisión del Ayuntamiento de Puebla de borrar un mural dedicado a víctimas de violencia ácida representa un intento por silenciar una lucha que les ha costado años, vidas y un enorme desgaste físico y emocional a las mujeres que han sufrido este tipo de brutales ataques.
“Para nosotras es un acto de silenciar una realidad que se vive en cada uno de los estados del país […] Nos están borrando. Blanquear un mural con cuatro mujeres que hemos resistido a esta violencia, a la violencia machista, a la violencia institucional también, porque no olvidemos que en Puebla está Esmeralda Millán. Decidieron blanquear el mural que tiene su rostro. Hace años a Esmeralda la violencia machista y el ácido trataron de silenciarla, de borrarla, y hoy el Estado está haciendo lo mismo. Cuando ni siquiera le han garantizado la reparación integral del daño”, dijo la activista en entrevista en el programa A Las Dos que se trasmite por SinEmbargo Al Aire.
El mural, que se ubicaba en una barda de Puebla capital, mostraba los rostros de Carmen Sánchez, Esmeralda Millán y Leslie Moreno, y había sido intervenido por artistas en colaboración con organizaciones que acompañan a víctimas. El pasado lunes, de acuerdo a lo que se dio a conocer personal del Ayuntamiento, bajo las órdenes del actual alcalde José Chedraui Budib – quien llegó al cargo respaldado por Morena, PT y PVEM.
Sánchez destacó que este es el segundo mural en Puebla que las autoridades borran. En 2023, durante la aprobación de la llamada Ley Ácida en el Congreso local —que castiga este tipo de violencia hasta con 40 años de prisión—, el entonces Presidente municipal Eduardo Rivera Pérez también ordenó eliminar una obra similar. Tras protestas públicas, dicho mural fue repintado con el apoyo de ciudadanos y activistas.
Carmen Sánchez detalló que se enteraron del reciente borrado gracias a una persona que compartió imágenes en redes sociales. Para ella y otras sobrevivientes, no se trata de un tema estético o de mantenimiento urbano, como ha señalado el Ayuntamiento. “Nosotras nos han dicho que es solo porque tratan de recuperar bardas, porque los murales ya están dañados […] Para nosotras no es eso, es un acto de silenciar una realidad”.
El @Gob_Puebla borró un mural que exigía justicia por la violencia ácida. El rostro de Esmeralda Millán fue eliminado de esa barda, pero su reparación integral sigue pendiente. ¿Así responde el Estado a las mujeres sobrevivientes? ¡La violencia no se borra, se enfrenta! https://t.co/RWOzqgNr3q
— Carmen Sánchez (@CarmenAnchez) July 7, 2025
El impacto de borrar un rostro
La activista, que por más de 10 años ha luchado destacó que la lucha de las mujeres atacadas con ácido ha sido invisibilizada durante años y que ha requerido un trabajo doloroso para que sea reconocida institucionalmente:
“La violencia contra las mujeres no se silencia, no se borra, se enfrenta. Y el Estado mexicano no está enfrentando la violencia que viven las niñas, los niños, las adolescentes y las mujeres”, sentenció en la entrevista.
Sobre el caso de Esmeralda Millán, quién es y vive en Puebla y que también aparece en el mural, recordó que ni siquiera se le ha garantizado la reparación integral del daño. Tanto en su caso como en el de Esmeralda se lograron sentencias históricas: las dos primeras en México y América Latina que sancionan un ataque con ácido como tentativa de feminicidio. Sin embargo, estas sentencias, aseguró, no han sido suficientes para asegurar el cumplimiento pleno de sus derechos humanos.

Sánchez informó que, tras denunciar el hecho, fue contactada por Zaira González, Secretaria para la Igualdad Sustantiva de Género del Estado de Puebla, quien le propuso una reunión con el alcalde Chedraui para este jueves con el objetivo de llegar a un acuerdo y volver a pintar el mural. La activista señaló que este encuentro también será una oportunidad para exigir que se garanticen los derechos de Esmeralda Millán, quien —recalcó— no ha recibido el apoyo necesario por parte de las autoridades estatales.
“Qué fácil es silenciar a las mujeres, qué fácil es mandar y blanquear un mural. Nosotros vamos a seguir defendiendo nuestros derechos y si nos borran ese mural, volvemos a buscar otro espacio para hacer otros, pero no se trata de estar haciendo esto con el Estado. Se trata que al Estado le quede claro que la lucha de las mujeres es real y que no pueden estar borrando la violencia que vivimos”.
Consultada sobre el número de víctimas, Sánchez reconoció que no existe una cifra oficial, y eso también forma parte del abandono institucional. Desde la Fundación Carmen Sánchez han contabilizado 57 mujeres atacadas con ácido o sustancias corrosivas en el país. De ese total, 16 son acompañadas actualmente por la organización. No todas sobrevivieron.
La activista destacó que, ante la diversidad de sustancias utilizadas —gasolina, thinner, ácidos industriales—, la Fundación propuso el término violencia química para englobar estos actos de agresión extrema. “Son herramientas que ahora ya usan los hombres para violentar a las mujeres”, dijo.
En cuanto al marco legal, Sánchez señaló que han logrado avances en al menos 15 estados, aunque no todos han tipificado estos ataques como violencia ácida o tentativa de feminicidio. Solo una entidad ha adoptado ya la categoría de violencia química, algo que —explicó— implica una mirada más amplia que el castigo penal: se trata también de garantizar acceso gratuito e ininterrumpido a cirugías reconstructivas, atención médica integral y reparación del daño.
La activista lamentó que, mientras las mujeres sobrevivientes han tenido que batallar por años para poner el tema en la agenda pública, los avances puedan ser borrados en horas. “Nos ha costado muchísimo poner en la mesa esta violencia. Y que en menos de medio día borren un mural que tiene nuestros rostros, pues la verdad es que es una lástima. Nos encontramos sí, muy tristes, con mucho enojo, porque para nosotras no ha sido nada fácil sobrevivir a este tipo de violencia”.
Carmen Sánchez reiteró que seguirán luchando. “Nosotras vamos a seguir exigiendo, visibilizando, informando y acompañando. Porque nadie más lo va a hacer si no lo hacemos nosotras. No se trata solo de un mural: se trata de nuestras vidas, de nuestras voces y de una violencia que no se puede seguir borrando”.





