El hongo verde infectó a Chiapas. Lo que comenzó como un partido “ecologista” fundado por una familia millonaria en la Ciudad de México, terminó en un contagio de la política en Chiapas, el primer estado gobernado por el Partido Verde, su bastión político más fuerte.
Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo).– El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) fue fundado en la Ciudad de México bajo el seno de una de las familias millonarias de la industria farmacéutica: los González Torres. Hoy en día no es en la capital donde tiene su base más dura y fuerza principal, sino en el sur del país, en Chiapas.
Ahí está el principal bastión del Verde Ecologista, al ser el primer estado que logró gobernar y que si bien perdió en 2018 frente al morenista Rutilio Escandón Cadenas, mantiene bajo control con un Gobernador con afiliación a Morena, pero con sangre verde: Eduardo Ramírez Aguilar, quien fuera Secretario de Gobierno de Manuel Velasco Coello, uno de los liderazgos del partido del tucán.
A nivel nacional, el partido Morena ha sido el principal negocio que pudo obtener el Verde, una institución fundada en 1991 por Jorge González Torres, integrante de una de las familias más importantes de la industria farmacéutica en México y hermano de Víctor González Torres, dueño de Farmacias Similares, y de Javier González Torres, propietario de Farmacias Fénix, Farmacias de Genéricos y laboratorios IGFA.
Aunque nació con la bandera ecologista, en realidad el Verde se ha caracterizado por ser un partido bisagra que ha escalado en la política por venderse al mejor postor. En el 2000 apoyó y acompañó a Vicente Fox Quesada (PAN); en 2006 a Roberto Madrazo Pintado (PRI); en 2012 a Enrique Peña Nieto (PRI), y en 2018 a José Antonio Meade, también del PRI. Tras esa derrota electoral, de inmediato se sumó a Morena, el partido que Andrés Manuel López Obrador llevó a la Presidencia.
Con Morena y la Cuarta Transformación (4T), el Partido Verde pasó de ser una rémora política a convertirse en la tercera fuerza nacional; ese negocio con Morena vino de la mano de Manuel Velasco Coello, una de las caras más visibles que acercaron al Verde al movimiento guinda.
Su vínculo no se explica por una trayectoria ideológica, sino por los privilegios de su linaje político: su abuelo materno, Fernando Coello Pedrero, quien fue amigo cercano del hoy expresidente de México. Esa relación permitió al PVEM acercarse a la campaña presidencial de 2018 y consolidar la alianza con Morena.
Velasco incluso buscó en 2023 la candidatura presidencial de la 4T. Aunque fue un acto testimonial, logró colocarse, de acuerdo con encuestas de septiembre de 2023, al mismo nivel que Ricardo Monreal Ávila.
Velasco Coello, el cacique del Verde en Chiapas, es nieto del exgobernador priista de esa entidad Manuel Velasco Suárez, recordado por ser el responsable de devastar la Selva Lacandona, un lazo que lo llevó a las huestes del poder en uno de los estados con mayor rezago. Por el lado materno es nieto de Fernando Coello Pedrero, amigo del expresidente López Obrador.
Parte del éxito político de Velasco Coello, y por lo mismo del Verde, está en su relación con Pablo Salazar Mendiguchía y Juan Sabines Guerrero, los dos mandatarios que lo antecedieron, ambos envueltos en señalamientos de corrupción como los que han pesado contra Velasco, como cuando fue acusado de intentar sobornar en 2015 a Santiago Nieto Castillo, entonces titular de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (FEPADE). El exfuncionario así relató ese episodio:
“Velasco, ordinario, me recibió con una pregunta inverosímil, seca, gélida: ‘¿Sabes que tu jefa es mi amiga?’ Se refería a la entonces titular de la PGR, Arely Gómez, quien duró poco más de un año en el cargo. Mi respuesta fue automática, sin titubeos; amable, pero firme: ‘Sí, gobernador’. Al ver que no logró intimidarme, el mandatario arremetió: ‘¿Y sabes que es mi tía?’ Mi respuesta fue idéntica. Cierta tensión se apoderó del momento, pero permanecí inamovible”, cuenta Santiago Nieto en su libro Sin filias ni fobias. Memorias de un fiscal incómodo.
Y prosigue: “A pesar de que había más gente presenciando el encuentro, Velasco, incapaz de ser diplomático, volvió a la carga dirigiéndose sólo a mi: ‘¿Qué quieres?’, soltó altanero, metálico, pero el comentario bravucón no hizo mella en mi ánimo […] No habían pasado más de cinco minutos de mi explicación cuando Velasco me interrumpió de forma abrupta. Su pregunta fue contundente, majadera, indigna de un cargo como el suyo: ‘Está bien, ¿cuánta lana quieres?’ El cuestionamiento fue grotesco, absurdo, fuera de lugar. Le respondí que lo que le solicitaba era poder trabajar con sus secretarios […] Velasco endureció el rostro, se le enrojecieron las mejillas y puso su mejor cara de decepción”.
Para Paula Sofía Vásquez, coautora de La mafia Verde (Ariel, 2023), apunta que Manuel Velasco es uno de los líderes morales del Verde: “Todo el peso del partido recayó en dos personajes: Arturo Escobar y Manuel Velasco. Creo que por la vinculación que ha tenido desde siempre con el obradorismo, es un partido que desde siempre está buscando su ventaja y estar de lado de los ganadores, entonces lo natural ha sido dejarle a Manuel Velasco un liderazgo y que explote un vínculo que él tiene con el obradorismo de forma personal y que le viene de su abuelo”, explicó en entrevista.
El principal mérito de Velasco es haberle dado al Verde su primer gubernatura. El 1 de julio de 2012, mientras el PRI recuperaba la Presidencia en el país, en Chiapas el Verde ganó con Velasco bajo la coalición PRI-PVEM-Panal. El triunfo fue contundente: 67.14 por ciento de la votación (1 millón 343 mil 980 votos), frente al 17 por ciento de la perredista María Elena Orantes y el 9 por ciento del panista Emmanuel Nivón González.
En su discurso al rendir protesta como Gobernador de Chiapas, el 8 de diciembre de 2012, retomó algunas de sus promesas que ya había dicho desde campaña: se comprometió con los pobladores a trabajar por la entidad con un enfoque social y progresista, plural e incluyente, y de instituciones fuertes que apoyarían a distintos sectores.
En pocas palabras el primer Gobernador del PVEM y el más joven que haya tomado posesión en la historia del país –tenía entonces 34 años de edad– prometió un futuro de ensueño a un estado que ya enfrentaba los problemas propios de la marginación, la pobreza y la discriminación. Pero con el paso de su gobierno fue perdiendo popularidad por su opacidad y sus escándalos.
En lugar de convertirse en un Gobernador que velara para combatir la pobreza, se convirtió en un mandatario que privilegió la publicidad y su imagen propia. Chiapas, por el contrario, se mantuvo en el rezago.

La imagen de Manuel Velasco Coello tuvo más resonancia por su matrimonio con la actriz y cantante de Televisa, Anahí Puente, así como por su vida entre integrantes de la farándula y por sus constantes apariciones en portadas de la prensa de espectáculos y sociales, más que su trabajo al frente del Gobierno chiapaneco, el cual ha estado marcado por diferentes acusaciones de corrupción.
Lejos de aislarse, Manuel Velasco se mantuvo como el principal rostro del Verde y más recientemente en la 4T.
Él fue uno de los aspirantes presidenciales que reconoció de inmediato y respaldó la candidatura de Claudia Sheinbaum Pardo. Él ha dicho que ayudó con 4 millones de votos a la Presidenta, en cuya toma de protesta fue captada dando un beso en la mano de Velasco que fue ampliamente criticado, sobre todo por tratarse del llamado "Güero" Velasco.
El control del verde camuflado de guinda
Aunque en el año 2018, el Verde perdió la gubernatura frente a Rutilio Escandón Morena, el control verde en la entidad no desapareció, ya que, para las elecciones del 2024 Morena eligió en 2024 como candidato al entonces Senador Eduardo Ramírez, afiliado a Morena pero con bases en el Verde, que lo formó políticamente y le dio proyección.
Ramírez Aguilar se unió al Verde en 2008 y con apenas 26 años ganó la Presidencia Municipal de Comitán de Domínguez. En 2012 fue electo Diputado federal con una votación histórica, según él mismo ha presumido en su biografía. Precisamente en ese año, en elecciones locales y federales, el Verde obtuvo 487 mil 932 votos en Chiapas, colocándose como segunda fuerza, solo detrás del PRI que alcanzó 516 mil 103 votos.
Durante el Gobierno de Manuel Velasco fue su Secretario de Gobierno y operador principal en el Congreso local. Después fue Diputado local y, en 2018, dejó el PVEM para adherirse a Morena, donde fue Senador. Ese año buscó por primera vez la gubernatura, pero la alianza PRI-Verde le negó la candidatura.

Para las elecciones de 2024, Morena, el Verde y el PT acordaron postular juntos a Eduardo Ramírez Aguilar, un político de 46 años con trayectoria ligada al PVEM: “Él tiene y ha demostrado tener estructura política a través de toda una red que ha venido construyendo con el paso del tiempo (con el Verde)”, explicó el politólogo Juan Carlos Cal y Mayor.
Hoy el Verde en Chiapas mantiene también una influencia considerable.
Tras las elecciones del 2024, el Verde se colocó como la segunda fuerza política en el Congreso de Chiapas, al ocupar nueve escaños de los 40 diputaciones locales, sólo por debajo de Morena que tiene 12 diputados. El Partido del Trabajo se quedó con seis diputados, mientras que PRI, Movimiento Ciudadano, PAN, y los partidos locales, Redes Sociales Progresistas de Chiapas, Chiapas Unidos, Mover a Chiapas, se quedaron con dos diputados cada uno, y el Partido Encuentro Social Chiapas con solo uno.
En ese mismo año también se renovaron los 123 ayuntamientos de Chiapas, de los cuales, 41 fueron ganados por Morena y 26 por el Partido Verde Ecologista, mientras que el Partido del Trabajo logró la victoria en 18. Incluso partidos locales ganaron más que los partidos tradicionales nacionales. Por ejemplo Redes Sociales Progresistas Chiapas gobierna en 15 municipios, mientras que el PRI sólo en seis, Movimiento Ciudadano en dos y el PAN y el PRD apenas gobiernan un municipio en cada caso.





