VIDEO ¬ ¿Comiste sándwich de pavo o te dieron otra cosa? Este laboratorio te lo dirá

25/12/2025 - 6:45 pm

En el Laboratorio Nacional de Profeco, científicas y científicos prueban y comparan productos para asegurar que cumplan con lo que prometen sus etiquetas.

Ciudad de México, 25 de diciembre, (SinEmbargo).- Este es un espacio donde lo que parece magia es ciencia aplicada. Es un laboratorio donde la autenticidad de miles de productos es sometida a un riguroso proceso: el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor. Aquí cada muestra se analiza, se compara y se verifica para garantizar que las personas consumidoras reciban exactamente lo que les prometen las empresas.

¿Cómo saber si el jamón que compraste realmente tiene carne de pavo? El detergente que promete quitar las manchas, ¿lo hará? El pantalón que dice ser resistente a todo tipo de terreno y actividades, ¿realmente te aguantará el paso? ¿Los juguetes de temporada son seguros para niñas y niños? Todo esto y mucho más lo averigua un grupo de científicas y científicos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).

“Siempre he sentido mucha satisfacción de ser de Profeco. Es una labor que se hace en pro de la población y del consumidor. Y creo que nos sentimos realizados muchos de quienes trabajamos aquí. Mis compañeros sabemos el impacto que tienen nuestras investigaciones. Y, la verdad, que le digan a uno '¡Ah, trabajas en Profeco!', se oye bonito”, dice María Guadalupe Velasco Rodríguez, directora del Área Químico-Biológica del Laboratorio.

En el Laboratorio Nacional de Profeco, científicas y científicos prueban y comparan productos. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

Ella trabaja aquí desde hace tres décadas. Habla sin solemnidad y en su explicación hay una mezcla de rigor y pedagogía. “Antes los fabricantes no se preocupaban tanto por lo que declaraban en la etiqueta. Ahora sí porque hay más verificación y más revisiones”. Esa ha sido una gran contribución del trabajo de quienes laboran en el Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor y en la Revista del Consumidor.

Todos los días revisan el estado del material y calibran las máquinas del laboratorio para asegurar que los resultados sean precisos y confiables. Esa verificación constante es clave: un dato erróneo podría perjudicar injustamente a las empresas cuyos productos se analizan, y ese no es el propósito de Profeco.

Como explica la química María Guadalupe Velasco Rodríguez, el objetivo es garantizar que las pruebas se realicen bajo estándares rigurosos y que la información que llega a las personas consumidoras sea totalmente verificable.

“Ni siquiera yo sé qué productos están analizando hasta que ya salen los resultados”, dice Iván Escalante, titular de la Profeco. La metodología es simple, explica: el propio equipo del laboratorio va al supermercado, compra como lo haría cualquier persona y regresa con las muestras. No piden productos a proveedores, no dan aviso, no hay trato previo.

Todos los días revisan el estado del material y calibran las máquinas del laboratorio para asegurar que los resultados sean precisos. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

Además, en el laboratorio “constantemente hay auditorías, prácticamente todo el año”. El personal pasa por una “recertificación cada cuatro o cinco años”. De igual manera, “recibimos visitas de laboratorios internacionales”.

La política actual, explica el Procurador, busca que la Profeco se convierta en una guía cotidiana. La idea es construir consumidores y consumidoras con información, capaces de elegir y cuestionar, agrega.

La misión de Profeco

Más allá, en otro laboratorio encontramos máquinas que tiran, jalan, rasgan, golpean, miden, humedecen y secan textiles. Entramos y Luis Armando Juárez Mendoza, especialista en investigación técnico-científica, interrumpe las indicaciones a su equipo para atender a SinEmbargo.

Habla con la paciencia de quien carga años desmenuzando fibras, midiendo hilos y traduciendo la resistencia de un textil en Newtons, humedad y coordenadas de color. “Aquí analizamos todo tipo de textiles”, dice mientras camina entre equipos que parecen salidos de un quirófano industrial.

Una prueba textil. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

Hoy atienden una licitación. Una dependencia gubernamental está por adquirir uniformes para sus policías y necesita saber si lo que el proveedor les informa acerca de las telas y la confección de las prendas es verdad.

Luis Armando Juárez toma una muestra cuadrada de tela, la coloca en una de las máquinas y le aplica una fuerza calculada con precisión. “Esta es la prueba de rasgado. El equipo hace un corte de dos centímetros, que ya está normalizado, y deja caer el péndulo. La fuerza que se necesita para continuar, el rasgón es lo que medimos”. Esta tela debe resistir mínimo 20 Newton, nos dice. El resultado de la prueba es de 25.

El Laboratorio Nacional de Protección al Consumidor no sólo analiza productos para los estudios de Profeco. También ofrece evaluaciones externas a dependencias públicas, empresas y hasta pequeños emprendimientos que buscan conocer o validar científicamente la calidad de sus productos.

En el caso de evaluaciones externas, no emiten recomendación alguna. Simplemente presentan los resultados a la entidad o empresa que les solicitó la investigación. Cuando la investigación es para la Revista del Consumidor, el proceder es distinto, como lo explica el Procurador Iván Escalante.

Ivan Escalante, titular de Profeco. Foto: Cri Rodríguez, SinEmbargo

Cuando encuentran alguna anomalía o diferencia entre lo que la empresa publicita o informa en el empaque, se informa al proveedor. Las empresas pueden objetar, presentar pruebas, pero si se confirma que están fuera de norma, deberán retirar el lote del mercado o enfrentar sanciones.

“Yo creo que la Profeco es una institución muy sólida. Es una institución que, además, tiene representación en el país. Tenemos oficinas en 38 ciudades de la República. Tenemos un marco normativo sólido, importante”, apunta Iván Escalante.

“Tenemos muchas herramientas y posibilidades de un diálogo, el cual estamos priorizando porque insisto: nuestra intención no es molestar a las empresas. Nuestra intención es defender a las personas consumidoras”.

Blanca Juárez y Romina Gándara

Blanca Juárez y Romina Gándara

Lo dice el reportero