Desde la semana pasada, Justin Trudeau, quien pronto dejará de ser el Primer Ministro de Canadá, dejó claro que la guerra comercial con Estados Unidos está lejos de llegar a su fin, pues las amenazas arancelarias de Donald Trump son latentes.
Ciudad de México, 10 de marzo (SinEmbargo).– Para Canadá, la pausa de un mes otorgada por Donald Trump para la aplicación de aranceles a todos los productos que exporta a Estados Unidos sigue siendo eso: una pausa. La guerra, entonces, continúa. Y se sigue preparando para ello.
Ayer, Mark Carney, exgobernador del banco central que nunca ha sido elegido para un cargo federal, ganó decisivamente la carrera por el liderazgo liberal y se convertirá en Primer Ministro de Canadá. The Wall Street Journal dice hoy que el crecimiento de los liberales en las encuestas está relacionado directamente con los ataques de Trump. Carney presentó su victoria como un doble mandato: unir al país para enfrentarse a Trump y, al mismo tiempo, derrotar al líder conservador Pierre Poilievre en una campaña electoral.
“Donald Trump cree que puede debilitarnos con su plan de dividir y vencer. El plan de Pierre Poilievre [líder de los conservadores y posible candidato a Primer Ministro] nos dejará divididos y listos para ser vencidos", dijo Carney la noche de ayer. “Porque una persona que rinde culto a Donald Trump se arrodillará ante él, no se enfrentará a él. Los lemas de Pierre Poilievre no son soluciones”.
Mientras espera al proceso electoral, Canadá reacomoda sus armas. Una de ellas es la energía: los canadienses venden enormes cantidades a Estados Unidos. Según expertos legales y regulatorios, las crecientes amenazas de los gobiernos provinciales canadienses de restringir las exportaciones de electricidad a los Estados Unidos podrían generar facturas de energía más altas y más apagones en todo el continente, según un reporte de The Globe and Mail.
La semana pasada, el Primer Ministro de Ontario, Doug Ford, anunció un recargo del 25 por ciento a las exportaciones de electricidad de su provincia a Estados Unidos, que entrará en vigencia este lunes. El Gobierno de Manitoba emitió una directiva a Manitoba Hydro que requiere la aprobación del Gabinete antes de que la empresa de servicios públicos de la Corona firme nuevos acuerdos de compra de energía o contratos de exportación con clientes estadounidenses, o extienda los acuerdos existentes. Quebec, mientras tanto, ha dicho que está considerando detener ciertos tipos de transferencias de electricidad a clientes estadounidenses.
“Tales medidas, y la creciente guerra comercial en general, amenazan con interrumpir las relaciones de intercambio de electricidad de décadas de antigüedad que han beneficiado a ambos países”, dice el diario. Thomas Timmins, director de la práctica de derecho energético de Gowling WLG, dice: “La electricidad es un ejemplo perfecto de lo que sucede si no comerciamos juntos: somos más débiles y ellos son más débiles. Nuestro sistema eléctrico será menos confiable. Nuestra electricidad será más cara. Los apagones y caídas de tensión serán más frecuentes”.
Según el Regulador de Energía, Canadá en su conjunto es típicamente un exportador neto; en 2023, las exportaciones netas a Estados Unidos totalizaron 27.6 teravatios hora y se valoraron en poco menos de cuatro mil 300 millones de dólares. Las principales provincias exportadoras son Quebec, Ontario, Manitoba y Columbia Británica. “La energía va y viene a través de la frontera internacional cada segundo y va en ambas direcciones, y funciona como si no hubiera frontera”, dijo Timmins.
Los primeros ministros creen que esos electrones ofrecerán una sacudida mayor si no fluyen. “El panorama general es este: cuando miramos esas amenazas que vienen de la administración Trump, y tenemos el nivel de aranceles más bajo para la electricidad, la energía y los minerales críticos, eso es una señal”, dijo el premier de Manitoba, Wab Kinew. “Esto revela un área en la que tenemos fortaleza, algo que ellos realmente necesitan”.
La marea política cambió
Carney ganó ayer domingo el liderazgo del Partido Liberal de Canadá, lo que lo coloca en la línea para reemplazar al Primer Ministro Justin Trudeau y convocar una elección que de repente parece ganable para el centroizquierda del país. Ahora Primer Ministro designado, Carney, de 59 años, se convertirá oficialmente en el nuevo líder de Canadá en los próximos días y asumirá de inmediato la respuesta de su país a la guerra comercial del Presidente Trump. Se espera que el exjefe del banco central de Canadá y el Reino Unido convoque rápidamente una elección general para aprovechar el impulso de las encuestas contra el Partido Conservador de Canadá, que hace apenas unas semanas parecía estar al borde de una victoria aplastante.
“La marea política cambió cuando Trump asumió el cargo en enero y casi de inmediato apuntó a Canadá con aranceles del 25 por ciento que amenazan el modelo económico que impulsó el crecimiento en Canadá durante décadas: el acceso libre de impuestos al mercado estadounidense. Las sugerencias de Trump sobre la anexión de Canadá y su conversión en el estado número 51 han alarmado a los funcionarios canadienses, que dicen que toman la palabra de Trump cuando dice que está dispuesto a aplastar la economía de Canadá y obligarlo a renunciar a su soberanía”, afirma The Wall Street Journal hoy.
“Los estadounidenses quieren nuestros recursos, nuestra agua, nuestra tierra, nuestro país”, dijo Carney el domingo, hablando con miembros del Partido Liberal en Ottawa después de esta victoria. “Así que los estadounidenses no deben equivocarse. En el comercio, como en el hockey, Canadá ganará”.
La victoria de Carney era ampliamente esperada. Tenía una gran ventaja en la recaudación de fondos y en las encuestas entre los votantes de tendencia liberal desde mediados de enero, cuando dijo que se postulaba para reemplazar a Trudeau. La contienda por el liderazgo comenzó poco después de que el profundamente impopular Trudeau dijera en enero que renunciaría.
