Luego de haber sido detenida por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), Kseniia Petrova, investigadora de origen ruso de la Universidad de Harvard, fue puesta en libertad por una Jueza, aunque su caso sigue en curso.
Ciudad de México, 12 de junio (SinEmbargo).- Una Jueza federal en Massachusetts ordenó hoy la liberación de Kseniia Petrova, científica rusa de 30 años e investigadora de la Universidad de Harvard, quien estuvo detenida más de cuatro meses por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) tras ser acusada de contrabando de embriones de rana.
La liberación de Petrova se da luego de que el pasado 28 de mayo la Jueza federal Christina Reiss dictaminara que la detención de la científica y la revocación de su visa por parte de los oficiales de migración carecían de fundamento legal, debido a que las muestras que llevaba consigo eran "inocuas, no tóxicas, inertes y no representaban una amenaza para nadie". Asimismo, cuestionó la legalidad de las acciones de las autoridades.
De ese modo, este 12 de junio, la Jueza Judith G. Dein ordenó su liberación bajo fianza, permitiendo que la investigadora de Harvard saliera de la custodia del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos, donde permanecía en Luisiana desde febrero.
Tras la liberación de Kseniia Petrova, su abogado Gregory Romanovsky celebró la decisión y dijo no entender por qué la científica fue detenida en primer lugar, pues "no representa un peligro para nadie". Igualmente, mencionó que "el caso de migración sigue en curso".
La científica enfrenta cargos que podrían conllevar hasta 20 años de prisión y una multa de hasta 250 mil dólares, aunque su defensa sostiene que la infracción aduanera normalmente se resolvería con una multa menor.
Según Romanovsky, la investigadora está evaluando ofertas de trabajo en otros países que valoran su investigación, mientras decide si permanecer en el país. Por ahora, Petrova expresó su alivio al salir de la detención, donde enfrentó condiciones difíciles, incluyendo temperaturas frías y acceso limitado a recursos.
"Después de esto, mucha gente empezó a contactarme, y a enviarme cartas y mensajes de apoyo, sin los cuales no podría sobrevivir", dijo Petrova al ser abordada por medios de comunicación estadounidenses tras ser liberada. "Nunca me sentí realmente sola, ni por un minuto", añadió.
Petrova, experta en bioinformática y miembro del prestigioso Laboratorio Kirschner de Harvard, fue detenida el 16 de febrero de 2025 en el Aeropuerto Internacional Logan de Boston, al regresar de un viaje a Francia.
Las autoridades aduaneras descubrieron en su equipaje muestras de embriones de rana no declarados, destinados a investigaciones sobre el desarrollo celular y posibles curas para el cáncer. La investigadora afirmó que no sabía que debía declarar las muestras, las cuales describió como "no vivas, no peligrosas y no tóxicas".
A raíz de este incidente, su visa J-1 fue revocada, iniciándose un proceso de deportación que levantó alarmas debido a su historial de protestas políticas en Rusia, lo que podría poner en riesgo su seguridad si regresara a su país natal.
El caso ha reavivado el debate sobre las políticas migratorias y el trato a científicos extranjeros en Estados Unidos, especialmente en un contexto de tensiones políticas bajo la Administración de Donald Trump, quien había anunciado intenciones de deportar a Petrova a Rusia, a pesar de los riesgos que esto implicaría para su seguridad.
En general, la comunidad científica global se siente fuertemente afectada por la agresividad de las autoridades de Estados Unidos. Recientemente se le negó la entrada a un científico espacial francés que acudía a una conferencia cerca de Houston. Los agentes de inmigración registraron su teléfono y encontraron mensajes en los que expresaba críticas a la Administración de Trump. Lo expulsaron.




